Por Juan Tomás Valenzuela
Quitando lo de las muertes
al régimen del ungido,
queda mucho más podrido
que regímenes más fuertes.
Aquí hace falta un Duterte
para que ponga en cintura
a este rufián cara dura
que dirige la nación,
como si fuera un galeón
por las costas de Angostura.
Las últimas fechorías
de esta mierda de gobierno
es que ahora este hijo de cuerno
que está en Procuraduria,
con toda la altanería
que define su sentir,
se ha metido a intervenir
la comunicación privada,
de la parte demandada
en el procedo a seguir.
El protervo Jean Alain,
por orden de su patrón
filtro comunicación
de la juez Miriam Germán,
y progresando en su afán
de viciar estos procesos,
también le pinchó a los presos,
familiares y abogados,
todo lo relacionado
a comunicación de acceso.
Aquí se está interviniendo,
sin un papel que lo ampare,
el móvil al que intentare
denunciar lo que está haciendo,
este gobernante horrendo
de aspecto ruin y ridículo,
violando cientos de artículos
de nuestra constitución,
para que la corrupción
siga encima del montículo.
Ahora fue el mismo taimado
que está en Procuraduria
quien dijo que intervenía
al mecenas de Conrado.
Cuando este desvergonzado
fue cuestionado al respecto,
le echó la mierda al prefecto
que dirigía el tribunal,
haciéndolo quedar mal
por hacer algo incorrecto.
De acuerdo vá el desenlace
de esta estupida novela,
aquí no va a quedar tela
pa’hacer un nudo y colgarse.
Quiera Dios, que esto no pase
como en casos anteriores,
en donde los malhechores,
negocian con el poder,
haciendo lo qué hay que hacer
pa’ enliar a sus detractores.
Juan de los Palotes
24 abril 2019